"Carne de Diván"

Entraba y subía las escaleras. A estas alturas era un simple trámite con gusto a fino. Buenas tardes. Misma respuesta. Me inundaban los pulmones y la cabeza un aire cargado y cálido con un perfume a incienzo caro. Me sentaba en una pequeña poltrona mullida y cómoda que cede cuando aflojo mi austera estructura sobre ella. A mis lados, unos trabajados apollabrazos de madera que nunca uso. Espero, ya que como es usual, llegué temprano. Diez, quince minutos... Pasa P., Buenas tardes, ¿Cómo estas?.  Misma contestación, pero antes de dar la trillada respuesta automática elijo guardar silencio. Subo cinco escalones. Derecha, izquierda y sillón. En resumidas cuentas trata incansablemente de diluir frustraciones. Resultados variados. ¿Nos vemos la próxima? Respuesta afirmativa. Y salgo esa burbuja con paredes en tonos de rosa y ese perfume anestésico para volver a mi percepción algo gris de un mundo del que conozco pocos sabores, pero lo bastante fuertes como para querer evitar los tragos amargos que tienen nombre y apellido, que nos chocan como paredes, poniendose en frente nuestro cuando más ciegos estamos.-

P.D.: Mi mamá una vez me contó que como no podía tener hijos fácilmente, su ex esposo quería adoptar, pero ella no, porque no quería "carne de diván", cuando me lo dijo me reí mucho porque es lo que soy yo desde los 6 años. Suerte y libertad! Buen finde!