pensadores del mundo

lunes, 20 de septiembre de 2010

Una mirada inexpresiva era lo único que permanecía por un trémulo segundo, lo que tardó en convertirse en piedra, luego hecha polvo, uno tan fino como el que puede perderse entre un mar de ensoñaciones movidas por el ondear de una cortina transparente guiada por el volatil viento suave de un verano ubicado en un tiempo remotamente nostálgico. Aquello que se lleva el viento, algo que nadie recuerda, que se olvida rápido pero nunca termina por irse, algo que nos engaña y nos evuelve en lo que nosotros mismos creamos perdidos en la lujuriosa belleza de lo que nos enceguece. Antes de acabar, una fría gota cayendo, perdiéndose, siendo mucho y dejando de ser algo, mirando y reflejando aquello que había logrado destruir a aquel cuerpo del que aun no lograba despegarse pero que ya había abandonado. Desapareciendo, perdiendose, olvidandose sólo para ser ella quien recuerda años eternos, siglos y el mar, mar movido hasta por la brisa, mar movido por el tiempo, mar hecho de millones de gotas que alguna vez fueron de aquellos que quisieron sentir, que se atrevieron y que ahora la vida misma pasaba lejos dejando de ellos sólo una parte eterna, algo increíble, algo único, una gota de un inmenso mar reflejando lo que queda del cielo en nosotros, pero no cualquier cielo sino aquel en que el sol se convierte en llamas en el horizonte.

1 comentario:

Gente linda, gracias por comentar, es algo muy importante porque significa para mi que se toman tiempo para escribir como yo lo hice. Así que como dice una amiga: La libertad es libre. Opinen a placer. Sean libres!